
Un poblado de 350 personas fue arrasado en Guatemala por la fuerza letal de los kaibiles, un grupo de fuerzas armadas especiales del Ejército de ese país. El 7 de diciembre de 1982 este comando llegó al parcelamiento Las Dos Erres, encerró a los hombres en la escuela y a las mujeres y niños en la iglesia evangélica. Los hombres fueron terriblemente golpeados y torturados antes de ser fusilados. Las mujeres y los niños también fueron brutalmente golpeados, pero además, los kaibiles, y particularmente los subinstructores, violaron sexualmente a las mujeres y sobre todo a las niñas.
Entre 1982 y 1996 Guatemala padeció una dictadura que aplicó diversos métodos para reprimir y aniquilar la disidencia. Durante ese largo periodo de terror miles de personas fueron acusadas, con o sin pruebas, de ser «terroristas», y en consecuencia se les persiguió, hostigó y torturó. El parcelamiento Las Dos Erres fue acusado en falso de acoger y defender a grupos guerrilleros, y por ello el Estado ordenó un operativo de limpieza.
Luego de golpear a las mujeres y violarlas, los kaibiles saltaron sobre los vientres de las embarazadas hasta hacer que saliera el feto. Terminadas las torturas contra mujeres y hombres, llevaron a sus víctimas a un pozo de agua en construcción, las arrodillaron preguntándoles si pertenecían a las guerrilla, luego las golpearon con un mazo en el cráneo o les dispararon. Los cadáveres fueron lanzados al interior del pozo. Según los cálculos, cerca de 250 personas fueron ejecutadas en este operativo.
En 2012 Guetamala condenó a Pedro Pimentel Ríos, exsubinstructor de la fuerza especial Kaibil, señalado como uno de los responsables por la masacre en la aldea de Las Dos Erres: fue condenado a 6061 años de prisión por los asesinatos de 251 personas y delitos “contra los deberes de humanidad”.
Descarga aquí la sentencia emitida por la Corte Interamericana

Más información sobre este caso aquí vía Cejil