Fue durante los días 15, 16 y 17 de diciembre de 1999 cuando la montaña avanzó hacia el mar. Las lluvias que habían alertado al país, desde por lo menos 10 días antes, generaron deslizamientos de tierras y piedras en las estribaciones del cerro El Ávila. El entonces estado Vargas fue barrido por los caudales crecidos de los ríos nacientes en la montaña, que, al bajar con fuerza, arrastraron pueblos enteros. Muchos de los icónicos edificios y de las históricas casas coloniales de La Guaira fueron enterrados por el lodo. No había vías de acceso terrestre. Tampoco cifras reales de víctimas, solo algunas estimaciones oficiales. Aquella fue la tragedia que cerró el milenio.