07 - 08 - 2015

La violencia contra la mujer un problema de salud pública


Una de las manifestaciones más frecuentes de violencia contra la mujer, es aquella que se ejerce en el interior de la pareja y en el domicilio. Aunque existe un interesante debate sobre las definiciones de este tipo de violencia, este tipo de agresiones suelen ser asociadas al término conocido como violencia doméstica, la cual representa un problema real y atemporal, que ha estado presente en muchas familias de manera silenciosa y cautelosa. La conducta violenta en el hogar ha sido definida como “el resultado de una expresión inadecuada de la ira que interactúa con actitudes de hostilidad relacionadas con estereotipos sexuales machistas, en relación con la necesidad de sumisión de la mujer, con la percepción de indefensión de la víctima y con la percepción subjetiva de que la violencia es un método eficaz y rápido para conseguir lo que se quiere (…)”. (Zubizarreta, 2004).

El maltrato en algunas ocasiones, puede estar relacionado con consumo abusivo de alcohol o drogas, celos, cambio de trabajo, problemas económicos e infidelidad, además no depende del nivel de instrucción, perfil profesional o nivel económico de la víctima. Y por otro lado, suelen tener dos graves expresiones, la violencia física y psicológica, considerándose ambas como las mayores causas de sufrimiento y de lesiones en mujeres entre 15 y 44 años.

En Venezuela existe una legislación específica y de carácter orgánico sobre la violencia contra la mujer, y la misma ya es reconocida legalmente como un delito, un asunto de derechos humanos, de salud pública y un reto para el sistema educativo. Sin embargo, no hay planes ni acciones concretas para reducirla y/o erradicarla.

La gravedad del problema de violencia contra las mujeres en el país, puede identificarse incluso desde las cifras oficiales, durante el primer semestre del 2014, el Ministerio Público (MP) confirmó que tramitó 60 casos de feminicidios, de los cuales 42 se encuentran en fase de investigación, 14 en fase intermedia y solo 4 en fase de juicio.

Adicionalmente, según informó la Subdirectora de Defensa de la Mujer de la Fiscalía General de la República, existen 67 Fiscalías especializadas para atender casos de violencia contra las mujeres en todo el país. En Caracas solo hay 2 que intervienen en la fase intermedia y juicio de los procesos penales y, 2 que tienen competencia nacional para atender los casos de violencia de género de mayor complejidad. Asimismo, el MP en su informe del año pasado, describe que registró 70.763 causas ingresadas de las cuales solo se realizaron 11.575 imputaciones y de los casos aperturados, 482 juicios.

Por lo general, la persona que ejerce el maltrato minimiza su acción y la gravedad del problema, desplazando su responsabilidad frente a los hechos. En ocasiones, el maltrato está asociado a sus escasas habilidades para la comunicación efectiva y para la solución de problemas, incluso los que resultan más cotidianos.

La mayor parte de las víctimas solicita ayuda solo cuando tiene la percepción de que su vida o su integridad física o la de algún miembro de su familia están amenazadas, de allí el bajo porcentaje de denuncia. A todo este contexto de temor por parte de las víctimas, se suman las barreras que encuentran para acceder a la justicia. En el reciente informe presentado por COFAVIC y otras 17 ONG al Comité de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), se incluyó un apartado especial sobre este tema y se brindaron algunas recomendaciones al Estado venezolano.

En primer lugar, en dicho documento se recomienda al Estado proseguir sus esfuerzos para prevenir la violencia sexual y de género, así como alentar a las víctimas a denunciar estos casos y “reforzar e institucionalizar una capacitación con perspectiva de género, obligatoria para todo el personal judicial, los miembros de la fuerza pública y el personal de los servicios de salud, con el fin de asegurar que estén preparados para responder de forma efectiva a todas las formas de violencia en contra de la mujer”. Además, que el Estado debe asegurar que todas las víctimas de violencia sexual o de género tengan acceso a centros de atención o albergues especialmente diseñados para atender este tipo de problemática; a medidas de reparación integral sin discriminación alguna, tales como: restitución, indemnización, rehabilitación, satisfacción, y garantías de no repetición.

Es necesario informarse y saber cómo detectar la violencia doméstica. El agresor no se detiene por sí solo. Si la pareja permanece junto a él, el ciclo tiende a repetirse. Cada vez con más violencia. Es importante hacer una detección temprana que permita a la pareja y, en especial, a las mujeres víctimas de violencia, protegerse.

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