01 - 02 - 2018

Linda Loaiza López será escuchada en la Corte Interamericana de Derechos Humanos


 

“Este paso no es sólo importante para mí, es importante para las mujeres venezolanas y latinoamericanas. Yo quiero ser reconocida en la sociedad por las batallas y luchas que he dado a favor de las mujeres y no por los hechos atroces de los cuales fui víctima. Quiero sentar jurisprudencia en casos de violencia de género y garantizar que no haya repetición”.

Linda Loaiza López

 

El testimonio de Linda Loaiza López será escuchado el martes 6 de febrero en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en San José de Costa Rica. Linda, quien, a los 18 años, fue secuestrada, abusada sexualmente, torturada y amenazada de muerte, hablará frente a los jueces en la audiencia López Soto y otros Vs Venezuela N°12.797 y el caso quedará registrado como el primero sobre violencia de género, ocurrido en Venezuela, que será conocido por un tribunal internacional de derechos humanos.

En efecto, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) juzgará, por primera vez en su historia, la denuncia de una venezolana por un caso de violencia contra las mujeres que incluye violencia sexual, así como la revictimización y discriminación que privó durante la investigación llevada a cabo por las autoridades venezolanas.

El 27 de marzo de 2001 Linda Loaiza López fue privada de su libertad. Durante su cautiverio, Linda, quien solo tenía 18 años, fue mantenida en condiciones inhumanas, fue abusada sexualmente, golpeada y amenazada de muerte. Familiares de Linda intentaron denunciar los hechos ante las autoridades venezolanas sin obtener una oportuna y efectiva respuesta ante el secuestro y amenazas que vivía Linda.  Después de cuatro meses, Linda Loaiza logró escapar.

Linda fue re-victimizada a través de un proceso judicial que estuvo plagado de irregularidades y estereotipos de género. A pesar de que su cuerpo presentaba claras muestras de que había sido torturada, durante el primer juicio llevado a cabo, el agresor fue absuelto de todos los delitos por los cuales era acusado. Luego de cinco (5) años después de haber vivido estos hechos atroces y tras un desgastante proceso, Linda obtuvo una sentencia condenatoria que solo reconoció al agresor como culpable de los delitos de Lesiones Personales Gravísimas y Privación Ilegítima de Libertad, dejando por fuera los delitos de violación sexual y torturas, tratos crueles, inhumanos y degradantes.

El caso de Linda ejemplifica la situación de impunidad que impera en las denuncias presentadas por miles de mujeres venezolanas, víctimas de la violencia sexual y de género. Dentro de Venezuela, según el Informe Anual del Ministerio Publico del 2014, de las 70.763 denuncias de violencia contra la mujer, solo el 0.7% han llegado a juicio. Asimismo, su caso ilustra la violencia institucional y la doble victimización que sufren las mujeres víctimas de violencia sexual en la región, durante su búsqueda por la justicia.

En marzo de 2015, en una audiencia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Linda Loaiza expresó tristeza por haber tenido que apelar a instancias internacionales luego de agotar todos los recursos en el país y no recibir respuestas satisfactorias. A su regreso a Venezuela, señaló que esperaba que su caso fuera enviado a la Corte Interamericana.

Y así ocurrió. Más de 15 cirugías y casi 16 años después de los hechos, la CIDH le informó a Linda y a sus representantes, el 2 de noviembre de 2016, que se había remitido su caso al Tribunal Interamericano con sede en Costa Rica. “El día de hoy, doy gracias a Dios, mi familia, CEJIL, COFAVIC, y a mi abogado Juan Bernardo Delgado, que mi caso haya llegado a la Corte IDH”, dijo Linda.

“Este paso no es sólo importante para mí, es importante para las mujeres venezolanas y latinoamericanas. Yo quiero ser reconocida en la sociedad por las batallas y luchas que he dado a favor de las mujeres y no por los hechos atroces de los cuales fui víctima. Quiero sentar jurisprudencia en casos de violencia de género y garantizar que no haya repetición”.

Linda no contó con un acceso a la justicia en condiciones de igualdad y fue víctima de un marco discriminatorio por su condición de mujer que se reflejó en una denegación de justicia en su caso.

La decisión que tome la Corte Interamericana podría ser una decisión histórica en materia de violencia contra las mujeres y la discriminación a la que frecuentemente se enfrentan al acceder a la justicia. La misma podría sentar las bases para que Venezuela lleve a cabo cambios estructurales en las leyes, políticas públicas y administración de justicia en cuanto a la prevención y sanción de violencias contra la mujer en Venezuela. Así se saldaría la deuda judicial pendiente en el caso de Linda y en el caso de miles de otras mujeres venezolanas que son victimizadas y atacadas cuando intentan alzar su voz.

La aspiración es que con la decisión haya garantías de no repetición. Que nunca más otra mujer pase por lo que vivió Linda Loaiza López.

La dimensión reparadora de las garantías de no repetición se refiere al conjunto de acciones impulsadas por el Estado que permitan mitigar los daños infligidos a las víctimas y a la sociedad en su conjunto.