Ante violaciones graves de los Derechos Humanos el camino es denunciar
Ante violaciones graves de los Derechos Humanos como detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales o tortura, denunciar es fundamental.
La denuncia es la acción de informar a la autoridad competente sobre la comisión de un delito. Esta acción es un derecho de los ciudadanos y según el artículo 269 del Código Orgánico Procesal Penal, la denuncia también es una obligación.
Para realizar esta denuncia se requiere la documentación precisa y clara de los hechos, de manera que pueda aportar todos los elementos sobre la violación de derechos humanos. Datos como: identificación del denunciante y la víctima, circunstancias de tiempo, modo y lugar en que sucedieron los hechos, detalles sobre presuntos responsables, además de describir u aportar elementos de prueba o indicios que puedan ayudar a la realización de una investigación futura sobre el hecho denunciado.
Al final debe contener la solicitud expresa de que se investiguen los hechos de manera expedita, independiente, exhaustiva y conclusiva para el enjuiciamiento y sanción de los responsables de la violación de los derechos humanos. De esta manera se establecen precedentes que contribuyen a prevenir nuevas situaciones de violencia.
El miedo, el escepticismo, la desconfianza a veces atentan contra la posibilidad de dar ese primer paso. En buena parte de los casos, la gente cree que denunciar no ayuda porque la impunidad sobrepasa cualquier propósito y, entonces, el temor pasa a convertirse en aliado de quienes desde el poder, violan los derechos ciudadanos.
Sin embargo, exigir y activar el proceso de denuncia permite que las víctimas se aproximen a la verdad de lo que ocurrió y al hecho real de que se haga justicia.
Al denunciar las víctimas pueden documentar los hechos de violencia y registrar las violaciones a los derechos humanos de manera sistemática, lo que facilita la elaboración de un “expediente” que puede ser usado ante autoridades nacionales o internacionales. De esta manera se contribuye a la lucha contra la impunidad, se facilita la identificación de posibles patrones de actuación empleados por organismos de seguridad, y las víctimas tienen la posibilidad de encontrarse y articular procesos de exigibilidad de derechos y denuncia con otras personas que viven situaciones similares.
Las víctimas de violaciones a los derechos humanos deben saber, además, que denunciar es un derecho reconocido también en diversos instrumentos internacionales y que contribuye a la lucha del derecho a la verdad, acceso a la justicia y derecho a la reparación impulsando de alguna forma, que el Estado adopte las medidas necesarias para que el hecho denunciado no vuelva a ocurrir.
De hecho, para que se inicie el camino de cumplimiento de esas obligaciones, es fundamental denunciar, porque la denuncia es el medio para que se conozcan las violaciones (y no permanezcan como cifra negra). Asimismo, la denuncia es el medio para que se persiga la responsabilidad penal o responsabilidad criminal del responsable de la violación y la garantía de no repetición de los hechos.
La denuncia consiste en un conjunto de pasos a través de los cuales se ejerce el legítimo derecho a la defensa. Constituye el mecanismo más importante para reducir la violencia, en cualquiera de sus expresiones.
Cuando una persona víctima de una detención arbitraria o de tortura denuncia se activan espacios de acción que por miedo o desconocimiento no se usan con regularidad.
La denuncia permite desarrollar la organización y participación de los ciudadanos y la sociedad civil. Con la denuncia se establecen relaciones entre familiares, amigos, vecinos en torno a la promoción y defensa de los derechos humanos.
Con la denuncia se ejercita la solidaridad, se enfrenta la impunidad del Estado, se exige al Estado que cumpla con su deber de proteger y garantizar los derechos humanos y sobre todo, se ayuda a evitar nuevas agresiones.
En efecto, las garantías de no repetición son consideradas una de las formas de reparación a las víctimas y uno de los principios generales de responsabilidad internacional de los Estados. La idea es que no se repitan situaciones que faciliten la vulneración de los derechos de las víctimas, así como atender, eliminar y superar las causas estructurales que dan paso a la violación masiva de los derechos humanos.
La dimensión reparadora de las garantías de no repetición se refiere al conjunto de acciones impulsadas por el Estado que permitan mitigar los daños infligidos a las víctimas. Las mismas aseguran el logro de la paz y el fortalecimiento de la democracia y el estado de derecho.
En Venezuela, la denuncia ante una violación a los derechos humanos puede formularse ante el Ministerio Público, la Defensoría del Pueblo o un órgano de policía. Sin embargo, también las víctimas pueden acudir a las Organizaciones No Gubernamentales de derechos humanos para pedir orientación y asesoría sobre cómo se formula y cuáles son sus derechos.