07 - 06 - 2018

En una Comisión de la verdad es fundamental la voz de las víctimas


Las comisiones de la verdad son organismos creados para investigar patrones de violencia ocurridos en un país determinado y en un momento muy específico. Por lo general, forman parte del conjunto de medidas que se aplican ante violaciones masivas a los derechos humanos ocurridas en el pasado y propiciar a través de ellas una transición hacia la paz.

En cada sociedad se definen las condiciones particulares de la comisión de la verdad, pero en líneas generales recogen información directamente de las personas afectadas, son oficiales, de carácter temporal y no judicial.

Es fundamental que uno de los propósitos de la comisión sea contribuir a que las víctimas y la sociedad en general puedan conocer y difundir la verdad sobre los hechos violentos del pasado, las circunstancias en que ocurrieron, así como sus causas y consecuencias.

De allí que sea tan importante la voz de las víctimas, como la fuente primordial de información. También pueden incorporarse las versiones de los presuntos responsables, de testigos de los hechos y de otros protagonistas de la violencia. Se supone y espera que las comisiones de la verdad contribuyan al reconocimiento de los derechos y el dolor de las víctimas, y que, finalmente, se conviertan en el escenario propicio para la reconciliación y el  reconocimiento del sufrimiento compartido en sociedades afectadas por la guerra o conflictos sociales.

En algunos de los casos, la búsqueda de la verdad surge como un proceso legal, o formal, «encargado» por los gobiernos, bajo la presión de los grupos defensores de los derechos humanos o grupos de expertos en la materia; tal como se hizo en Argentina, Chile y El Salvador. En estos países, las Comisiones de la Verdad se crearon, tras exigencias masivas, por mandato legal, después de negociaciones y acuerdos políticos.

Generalmente, las Comisiones de la Verdad surgen en vista de la probada ineficiencia del Poder Judicial para sancionar las numerosas violaciones a los Derechos Humanos. En los países sometidos a regímenes autoritarios, el Poder Judicial generalmente se convierte en un instrumento de persecución por parte del poder ejecutivo y no tiene capacidad para juzgar independientemente los crímenes de los agentes del Estado. “Finalmente quienes deben velar por la justicia se hacen cómplices del terror oficial”, de acuerdo con el Centro de Documentación e Información sobre Derechos Humanos en América Latina, el cual forma parte del Nürnberger Menschenrechtszentrum (Centro de Derechos Humanos de Nüremberg) de Alemania.

En definitiva, a través de las Comisiones de la Verdad se busca conocer las causas de la violencia, identificar a los elementos en conflicto, Investigar los hechos que llevaron a graves violaciones a los derechos humanos y establecer las responsabilidades jurídicas correspondientes.

El trabajo de la Comisión de la Verdad permite identificar las estructuras del terror, sus ramificaciones en las diversas instancias de la sociedad (Fuerzas Armadas, Policía, Poder Judicial, Iglesias), entre otros factores inmersos. Esta investigación abre la posibilidad de reivindicar la memoria de las víctimas, proponer una política de reparación del daño, e impedir que aquellos que participaron en las violaciones de los derechos humanos, sigan cumpliendo con sus funciones públicas y sean judicializados y condenados por las responsabilidades que tuvieron dentro de esta estructura.

Al final del trabajo –que puede incluir diversas metodologías de investigación como declaraciones, trabajos de campo, consulta de archivos y audiencias públicas-, las comisiones de la verdad suelen consignar en informes finales sus principales hallazgos y conclusiones. La mayoría de las comisiones identifican responsabilidades políticas de instituciones y algunas, incluso, responsabilidades individuales.

En los informes finales, además de información que permita entender el contexto de la violencia, determinar hechos y consignar las voces de las víctimas, se incluye, usualmente, un capítulo de recomendaciones en el que se pueden plantear acciones para garantizar reformas institucionales que contribuyan a la no repetición de la violencia o que son, también, hojas de ruta para el desarrollo de programas de reparaciones.

Una comisión de la verdad puede servir para establecer una verdad más compartida sobre el pasado violento, determinar un antes y un después en la historia del país y ayudar, junto con las otras medidas de justicia transicional, a establecer los principios y acuerdos sobre los que se debería fundar en adelante la vida en paz en la sociedad: el “nunca más” como un acuerdo entre ciudadanos.

Es fundamental que la legitimidad de una comisión de la verdad dependa de su composición: para ello debe estar integrada por personas idóneas, íntegras, independientes y de las más altas calidades morales, que ilustren la pluralidad del país. El proceso para su elección debería ser participativo y puede incluir amplias consultas a diversos sectores de la sociedad.

También es importante incorporar otros componentes. Por ejemplo y a pesar de los problemas de censura, los medios de comunicación pueden ser una valiosa fuente de información para las investigaciones de la Comisión de la Verdad, pues ahí se registran los partes de guerra, los casos de detenciones, las denuncias de torturas, asesinatos, etc. Igualmente se ha encontrado valiosos datos en publicaciones gremiales de los sindicatos, las universidades, los grupos religiosos, entre otros.

Organismos como la Cruz Roja Internacional y Amnistía Internacional, también pueden aportar muy valiosa información sobre las víctimas de los abusos y los presuntos responsables, y las comunidades de exiliados dispersos por todo el mundo también conservan un importante caudal de información, en forma de cartas, boletines, recursos jurídicos, y otros documentos sobre casos de violaciones a los derechos humanos que se conocen muy poco dentro del país.

Por último, es importante señalar que este proceso debe ser llevado a cabo con rigurosidad y trasparencia para garantizar que sus resultados ayuden a cerrar las heridas de la sociedad y caminar hacia una reparación integral de todo el país.