34 años del Caracazo: hacerse nuevas preguntas
El aniversario del Caracazo es también el aniversario de la fundación de COFAVIC. La represión del Estado desencadenada en febrero y marzo de 1989 propició que las familias de las víctimas coincidieran a las puertas de la morgue y hospitales públicos, lo que constituyó el germen de la fundación de nuestra ONG.
Lo sucedido en 1989 constituye el principal hito en la historia contemporánea de Venezuela, no solo por la manifestación del descontento social de ese momento sino, sobre todo, por la brutal represión que las fuerzas del Estado aplicaron contra la población civil y desarmada.
Lo que convirtió al Caracazo en una tragedia fue la masacre realizada por los agentes de seguridad ciudadana, especialmente, durante los horarios de toque de queda decretados por el gobierno nacional. Disparos indiscriminados contra las viviendas, allanamientos ilegales, detenciones arbitrarias, fueron practicados por las autoridades sin ningún tipo de respeto a la vida e integridad de las personas, y esto condujo a un número aún sin determinar de ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzadas.
1989-2023
El 27 de Febrero de 1989 fue un día, el primer día de semanas de uso desproporcionado, indiscriminado, letal, de la fuerza pública contra civiles. A esas semanas las conocemos en la historia venezolana como el Caracazo, y fue durante esos sucesos que perdimos a nuestros seres queridos bajo el fuego de las armas del Estado. En el Caracazo está el origen de COFAVIC, Comité de Familiares de Víctimas de Sucesos de Febrero y Marzo de 1989, organización no gubernamental que fundamos para buscar a nuestros familiares desaparecidos y hacerles justicia tanto a ellos, como a quienes fueron ejecutados extrajudicialmente por funcionarios del Estado.
Ahora bien, la magnitud de los crímenes cometidos contra las personas civiles, desarmadas, la mayoría en el interior de sus viviendas es un hito histórico, y por esa misma razón ha sido susceptible de numerosas apropiaciones, manipulaciones, radicalizaciones, etc., lo que ha fragmentado la comprensión sobre lo sucedido, y más aún, ha desdibujado la gravedad de lo sufrido por las víctimas. Si bien hay una generación que aún tiene vivos los recuerdos sobre cómo vivió aquellos acontecimientos, la transmisión de esas vivencias no ha sido necesariamente continua o proporcionalmente valorada a lo que significó para la sociedad venezolana.
Preguntar hoy a quienes tienen menos de 34 años sobre el Caracazo da como resultado respuestas sorprendentes, porque la desinformación es impactante. Eso, desde COFAVIC, nos lleva a plantear la necesidad, no solo de insistir en la trascendencia del daño causado al tejido social por el uso desproporcionado de la fuerza estatal, sino también, nos induce a cuestionar cuál es el legado histórico que han recibido las generaciones más jóvenes sobre el Caracazo, qué saben y qué deben saber sobre cómo algo sucedido hace 34 años ha afectado, sin duda, el respeto y las garantías a sus propios derechos humanos, y sobre todo, ¿es posible perder la memoria sobre lo que sufrimos como país en 1989?
Un país doliente
Luego de 34 años de la masacre del Caracazo nadie ha sido condenado por esos hechos y tampoco se ha dado la apertura de juicio oral y público. Trabas y obstáculos en este caso histórico demuestran que no hay voluntad política para determinar responsabilidades en centenares de ejecuciones extrajudiciales y torturas que han ocurrido tiempo después.
Las fundadoras de COFAVIC recorrieron todas las instancias de justicia nacional y decidieron entonces apelar a la justicia internacional. En 1999, la Corte Interamericana de Derechos Humanos declaró responsable al Estado venezolano por las violaciones de derechos humanos cometidas entre el 27 de febrero y marzo de 1989, se trata de una sentencia en cuyos puntos resolutivos se encuentra una ruta fundamental para adecuar los planes operativos de control de orden público a los estándares internacionales, evitar el uso de las fuerzas militares para estas tareas, así como ofrecer justicia independiente y conclusiva en los casos de violaciones de los derechos humanos, está íntimamente ligado al deterioro de la situación de los derechos humanos en el país.
En la actualidad, no solo se ha desatendido esto, sino que se han profundizado patrones de violencia y de represión que han generado actualmente una grave crisis de derechos humanos como lo ha establecido la Oficina del Alto Comisionado, el Comité contra la Tortura, el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, entre otros.
En el caso del Caracazo, después de 34 años, ni siquiera se ha cumplido con el mínimo gesto humanitario de entregar a los familiares de las víctimas los restos debidamente identificados para que cierren su proceso de duelo y retomen su proyecto de vida. Varias mujeres han fallecido en la espera de que el Estado concretara esta legítima petición y sin embargo aún no se han aplicado métodos confiables que permitan dar satisfacción a esta solicitud genuina de las víctimas, la cual es parte de la resolución de la histórica sentencia del Caracazo emitida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Remembranzas
Yris Medida, Maritza Romero, Hilda Páez, Aura Liscano y la entonces estudiante de Derecho, Liliana Ortega empezaron a coincidir en los días posteriores al 27 y 28 de febrero de 1989, en diferentes espacios donde concurrían las familias de las víctimas en búsqueda de los cuerpos asesinados. Así fue como un grupo de víctimas se unió a activistas sociales y abogados, y coincidieron en la idea de crear un comité de familiares que pudiese ejercer presión colectiva ante el Estado, con el fin de que este reconociera los excesos y propiciara la identificación y localización de los cadáveres. Unidas en COFAVIC, las fundadoras de la ONG iniciaron un proceso gradual de aprendizaje y crecimiento, en un contexto donde se conocía poco sobre derechos humanos, hasta consolidar la que hoy constituye una de las organizaciones no gubernamentales históricas con mayor experiencia, impacto social y reconocimiento nacional e internacional.
Con el caso Caracazo, comenzó la labor de litigio estratégico que ha caracterizado la gestión de COFAVIC a lo largo de tres décadas y tres años, y ha permitido a la organización lograr justicia contra el Estado venezolano en siete casos representativos de violaciones a derechos humanos.