14 - 07 - 2020

«ELLOS PUEDEN HACER LO QUE QUIERAN»


Sin mucha opción, para abril de 2017, como buena parte de sus compañeros, Paula sustituye las aulas por la calle y los cuadernos por consignas de lucha. Bastante que procesar en tan poco tiempo.Razones le sobran. Su abuelo y su tío han fallecido por falta de medicamentos, a su madre la han robado en tres ocasiones, muchos de sus familiares se han ido del país. “Pero también lo que yo podía ver en Caracas, que cada dos cuadras alguien te pida comida, que cada tres tengas que ver a alguien comiendo de la basura”.

Para el momento Paula sigue la agenda de protestas con pocas excepciones. Acostumbra salir con el movimiento estudiantil de la universidad pues se siente más segura. Ellos siguen un protocolo, saben cuántos son, quiénes están con quiénes, corren juntos, son capaces de advertir rápidamente si alguno falta. Pero en ocasiones se atreve a ir sola. La adrenalina se apodera de ella y hace de las suyas. No quiere ver noticias, revisar redes sociales, ver la acción desde la distancia.

Un día decide ir a la “marcha de los abuelos”. Tiene un poco de fiebre pero sus ganas de participar son más. Como ya es usual las fuerzas de seguridad del Estado no dejan que la protesta avance de cierto punto. La reprimen con gas pimienta. A Paula casi la detienen. No es la primera vez.

—Es muy fácil dejarse llevar por las emociones en ese momento. Se te vienen a la mente la gran cantidad de barbaridades que suceden en el país, y tienes enfrente a personas que de una u otra forma están apoyando esas barbaridades y es muy sencillo que en vez de luchar de forma inteligente, dejes que te dominen las emociones, y más cuando con 17, 18 años tienes
como unas ganas de comerte el mundo y la creencia de que a tí no te va a pasar nada nunca.

El lunes 10 de julio, Paula se va a una manifestación sin el movimiento estudiantil. No es su elección. Llega a la universidad atendiendo una convocatoria pero no los consigue. Decide regresar a Altamira por su cuenta, donde para la fecha tienen lugar las protestas. Llega y encuentra a una chica que conoce. Se queda con ella. Espera a su amiga de Barquisimeto pero esta no aparece. Sabe que cuando protesta con conocidos cada quien está por su cuenta y cuando es necesario cada cual corre, resuelve, se esconde.

Ese día la refriega es intensa. Efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) lanzan bombas lacrimógenas a granel. Hay muchos manifestantes y representantes de los medios de comunicación.

Textos: Carmen Alicia Mendoza/Ilustraciones: Robert Dugarte